Dedicación y autogestión son dos términos que bien pueden definir la rutina a la que día a día le da forma el equipo de fútbol femenino del Barrio Moreno de Sunchales. Con espíritu amateur inclaudicable, pero con un compromiso casi profesional, dedica diez horas semanales a entrenar en la cancha de la vecinal.

A pesar de que las oportunidades de mostrarse y competir no abundan, todo ese esfuerzo adquirió un sentido mucho más profundo en los últimos seis meses: es que, entre el jueves y el domingo próximos (al menos así lo desean, confiadas en llegar a los partidos finales), las chicas jugarán en el 8° Torneo Internacional de Fútbol Femenino 7 en Villa General Belgrano, para el que llevan medio año poniéndose a punto. Allí compartirán competencia con más de 60 conjuntos de Argentina y de países limítrofes.

"Nos vamos a hacer sentir allá, vamos para ganar, no de vacaciones", asegura el grupo de diez que se entrenó el jueves pasado. Entre sus filas cuenta con Eliana López, la jugadora con más experiencia en el certamen que se aproxima. Futbolera de sangre como su familia ("Eli" es la hermana de Diego "Tuni" López, actual jugador de Unión), ya ha competido en seis ocasiones (¡en todas fue campeona!) para un combinado cordobés. Pero esta vez será especial, porque representará a su entrañable Barrio Moreno. 

Este equipo siempre se movió en el ámbito zonal: sabe de participaciones en Morteros, San Cristóbal y Rafaela, pero nunca había ido "tan lejos como ahora". La idea es que este Torneo Internacional sea la primera de muchas más experiencias de esta clase.

UN AMATEURISMO CON TINTE PROFESIONAL

Conseguir los recursos para poder viajar y participar en diferentes torneos, equiparse con pelotas, indumentaria y demás elementos necesarios para entrenar, organizarse para poder asistir a cada práctica, son desafíos que el equipo del Barrio Moreno sortea día a día. De lunes a viernes, y durante dos horas cada día, las jugadoras se las ingenian para reunirse y hacer lo que les gusta. "Hay muchas chicas de acá que tienen hijos y los traen a la práctica, o que salen de trabajar y vienen a entrenar. Hay mucho sacrificio en este equipo", cuentan. Y ya llevan más de dos años en ese plan.

Las vías de ingreso económico son variadas y apenas suficientes, pero en su mayoría autogestionadas: los premios de torneos ganados, el dinero recaudado con la organización de ventas, peñas y bingos, todo termina en una cuenta común que, este año, las chicas destinaron para poder viajar a Villa General Belgrano.

Sin embargo, reconocen y lamentan el hecho de que la disciplina no es fogueada desde otros ámbitos como para ubicarse en un plano que le haga ganar notoriedad a nivel local: "Antes parecía una moda, pero no lo es. Ahora las minas ya se ponen a entrenar, por eso es una lástima que no haya tantos espacios".

La solidaridad y el compañerismo también están a la vanguardia hacia el interior del Barrio Moreno: "Hay otro equipo de Sunchales que se llama Las Chamigas y las invitamos a entrenar con nosotras, aunque ellas tengan su equipo. Les damos un lugar para entrenar porque no lo tienen". Para ellas, el hecho de que algo sea difícil de obtener, no es una condición que impida que sea digno de ser compartido.